El Congreso de Viena fue una reunión de las potencias europeas celebrada tras la derrota de Napoleón Bonaparte, con el objetivo de reorganizar Europa y evitar futuros conflictos. Sus principales objetivos eran restaurar el orden monárquico tradicional la llamada legitimidad, equilibrar el poder entre los países europeos para evitar que una sola nación domine, redibujar el mapa de Europa tras los cambios provocados por las guerras napoleónicas.
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